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Historia de un Clásico

 

Soy chuncho de que tengo uso de razón, de siempre, no recuerdo cual fue mi primer partido, lo que sé es que fue entre el 1985 y 1986, porque mi viejo nos llevaba a la cancha desde que teníamos 1 año de edad, siempre fue así.
 

En los partidos en el Santa Laura, nos llevaba afuera de los camarines para saludar a los jugadores antes de entrar a la cancha, eso era obligatorio. Pasaron los años y mi viejo se fue retirando de a poco del estadio y empezó a seguir los partidos por la radio o por la televisión abierta (aunque usted no lo crea, en aquellos años daban los partidos a las 7 de la tarde y por el canal 7). Mi hermano mayor ya iba al estadio solo, yo por mi parte me quedaba con mi viejo siguiendo desde la casa el partido o bien iba con el Juanito, un primo mucho mayor que nosotros que se rajaba de vez en cuando con la entrada niño.
 

Llegó el año 1994, la ansiada copa, el fin de la maldición, los sueños y las preguntas se acabaron. Mi viejo lloraba y salíamos en el auto (familia completa) rumbo a Plaza Italia, ahí aparece un recuerdo que me llenó el alma, hasta el día de hoy me acuerdo y se me eriza la piel, llegando a metro moneda aproximadamente me asomo por la ventana del auto y me mando un CE ACHE I, para asombro y felicidad mía, un grupo bastante numeroso de personas (diría centenar pero ni cagando fueron tantos) lo corresponde, aún vibro con ese recuerdo.
 

Dato anexo: Este mismo año (1994), mi vieja y mi viejo, con un montón de esfuerzo colocan un bazar en la casa, el famoso Bazar Azul, en la Villa Versalles, MaipU, aún la gente lo recuerda.
 

Año 1995, y el Gabriel (el Flaco) se jactaba de haber ido a todos los partidos de local de la U durante el campeonato anterior, este año iba por la misma cábala, y el equipo prometía. Fue un día Martes 3 de Octubre, se venía el partido de vuelta con el colo, el de ida (en mayo y de visita) lo habíamos perdido. El clásico lo íbamos a jugar de local en el Nacional, fecha 21 el 08 de octubre, y como para todo partido más o menos “peligroso” había que pedirle permiso a mi vieja para ir a la cancha. Mi hermano hueveo por lo menos dos días a mi vieja para que le diera permiso y mi vieja se negaba una y otra vez. Al final, por cansancio, mi vieja da el brazo a torcer y le da permiso para ir. El Flaco no la creía, estaban en el Bazar de mi vieja cuando ella accedió, y de la alegría se apoya en un mesón y se columpia, el vidrio de la cubierta se rompe y le corta un tendón y medio a la altura de la muñeca de la mano izquierda, de una mis viejos llevaron lo llevaron a urgencia, operación, estábamos todos pa la caga, pero el que peor estaba era el Flaco, escuchó el partido hospitalizado y perdió ir por la misma hazaña del año anterior. Lo mejor, ese partido lo ganamos 2-0, con goles de Rodrigo “Polaco” Goldberg y José Marcelo Salas Melinao.

Un recuerdo después de 20 años, ya que este sábado 14 de marzo, mientras se esté jugando otro clásico, yo estaré en una habitación de hospital operándome…

 

VIVA LA U VALIENTE Y COMBATIVA…

 

Si van a los 7:20, verán los 2 goles

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

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